Evite que las fotos de niños se conviertan en pornografía infantil

En Colombia las denuncias de ciberdelitos contra menores aumentaron un 15% al cierre del año 2016, con 172 casos reportados.

El comportamiento habitual en las redes sociales es compartir todo tipo de contenidos; este hábito desafortunadamente ha traspasado los parámetros de ocio y diversión al punto de revelar información sensible como direcciones, sitios de trabajo o datos familiares.

Incluso, resulta normal ver publicaciones relacionadas con menores de edad, particularmente de pequeños cuyos padres publican sus fotografías a través de sus perfiles. De acuerdo con John Jairo Echeverry, Director de Servicios Forenses de Adalid, “esta práctica, que puede generarse por el orgullo que los padres sienten por sus hijos, expone a los niños a extorsiones y a consumidores de pornografía infantil, sin ser conscientes de ello”.

Como llamado de atención a los padres, el ejecutivo señala que “en primer lugar, piense que las fotos públicas son 100% susceptibles de copiar, manipular y editar. Con programas de dominio público, especializados en manejo de imágenes y bajo la técnica ‘morphing’, pueden realizarse montajes perfectos, creando la ilusión de transformación, herramienta práctica para convertir una imagen de un niño usando vestido de baño en fotos pornográficas”.

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Así mismo, las Naciones Unidas ha señalado que el uso de canales digitales presenta riesgos especiales para los niños en situaciones de vulnerabilidad, como aquellos con en situación de discapacidad o los afectados por la migración, los solicitantes de asilo o los refugiados.

«Con la creciente importancia de las redes sociales en la vida de los niños, el cyberbullying se está convirtiendo en una fuente creciente de preocupación, poniendo a los niños en riesgo de acoso y abuso, extendiéndose cada vez más y aumentando las vulnerabilidades entre los niños que están en riesgo en el mundo offline”, ha señalado Marta Santos Pais, Representante Especial del Secretario General de la ONU sobre la Violencia contra los Niños.

La recomendación de los expertos en seguridad de la información es no subir ningún tipo de foto de los menores de edad a las redes sociales. Y es que las cifras no son alentadoras, en 2016 Adalid recibió 172 casos en materia de ciberdelitos contra menores, lo que representa un 15% de aumento con respecto al 2015.

Si usted se decide realizar esta práctica, tenga en cuenta las siguientes sugerencias de Adalid:

• Piense que si desea compartir las fotos con alguien en especial, el correo electrónico o un sistema de mensajería instantánea es una forma privada de hacerlo. Opciones en redes como ‘Snapchat’ o ‘Wickr Me’ brindan mayor seguridad pues borran la imagen que se envió en el dispositivo destinatario.

• Al configurar la privacidad de las redes sociales, la recomendación es usar los filtros de restricción para que no todos los contactos puedan acceder a las fotografías. De igual manera, si posee un perfil privado, se debe ser muy cuidadoso y autorizar el acceso a información solamente a personas de plena confianza, no a todos los agregados o ‘amigos’.

• Leer la letra pequeña, políticas, condiciones de uso y las autorizaciones automáticas que se otorgan al usar cualquier red social y al subir todo tipo de contenido.

No etiquetar las fotos de los niños con sus nombres propios. Estas pueden ser indexadas automáticamente por los buscadores.

• No publicar fotos que contengan sitios que sean frecuentados por el menor y revelen su ubicación.

• Como en el punto anterior, no tomar fotos de los menores frente al vehículo familiar en donde se vea la placa. Esta es también una forma rápida de ubicar a los niños.

• Al tomar fotos debe asegurarse que la funcionalidad GPS del dispositivo móvil esté desactivada. Estos datos siempre van integrados de manera invisible a las imágenes y es muy simple ubicar el lugar donde fueron capturadas.

• En paseos, fiestas o reuniones, asegúrese de saber quién le toma fotos a sus hijos o sobrinos y exija a sus familiares su autorización antes de publicarlas.

John Jairo Echeverry concluye que al subir fotos a entornos digitales, estas se convierten en material de dominio público y que para eliminarlas la única forma es recurrir a expertos pero el proceso puede ser muy lento y dispendioso.

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