El papel de la tecnología en la creación de oportunidades de transformar la realidad social colombiana.

Alarmantes estadísticas han sido presentadas en los medios de comunicación nacionales acerca del sistema carcelario colombiano. Según cifras de la Defensoría, publicadas por la revista Semana, las cárceles albergan alrededor de 120.000 reclusos, teniendo capacidad para 77.000. En algunos centros el número de internos supera más de cuatro veces su capacidad. Si solo nos conformamos con analizar el promedio, las cárceles de nuestro país reciben un 50% más de reclusos de los que pueden albergar.

«La apropiación de la tecnología debe tener como fin último un impacto positivo en la sociedad»

Evidentemente estas líneas no van referirse a los argumentos jurídicos, políticos, sociales o económicos que explican tal condición, pero no puedo dejar de preguntarme cuántos de esos hombres y mujeres podrían estar viviendo una realidad diferente si ellos mismos y su entorno contaran con oportunidades de vida distintas de aquellas que los condujeron a estar recluidos. En el contexto particular de la apropiación de la tecnología, ¿cómo utilizar las TIC como herramienta para apoyar la construcción de una sociedad con una mejor calidad de vida?

El pasado 17 de marzo de 2015, durante una visita a la Cárcel Distrital de Bogotá, el Presidente de la República propuso permitir que el teletrabajo sirva para reducir el tiempo de condena de las mujeres reclusas, tomando como ejemplo el programa piloto que se desarrolló en ese centro, en el cual las mujeres atenderán una línea de quejas y reclamos sobre asuntos de seguridad, movilidad y servicios públicos, entre otras. En opinión del Presidente, estas iniciativas contribuyen a su proceso de reintegración a la sociedad, una evidencia del papel de la tecnología apoyando las transformaciones sociales.

Para la Corporación Colombia Digital, todas las acciones del proceso de apropiación de la tecnología deben tener como fin último su impacto positivo en la sociedad.

Nuestro país cuenta con avances significativos en materia de acceso a la tecnología, conectividad, infraestructura, etc.; no obstante, su uso crítico-reflexivo requiere esfuerzos adicionales a los que hasta ahora se han puesto en marcha.

En la columna ‘Tecnología para los menos favorecidos, más allá de las conexiones‘ hice referencia a las actividades en línea predominantes en un país como el nuestro, centradas en la comunicación y entretenimiento, dejando en las últimas posiciones el comercio electrónico, las búsquedas laborales o las capacitaciones en línea. Un proceso exitoso de apropiación debe verse reflejado en una sofisticación del uso de la tecnología.

Así como alguna vez la alfabetización de la población fue un objetivo social, hoy la alfabetización digital es necesaria para que en todos los niveles socioeconómicos el acceso a información y la identificación de oportunidades derivadas del uso de la tecnología se conviertan en agentes transformadores.

Si un joven, emprendedor, cabeza de familia, encuentra en el ecosistema digital oportunidades para crear su propia realidad y escapar del camino rápido hacia los mal llamados ideales de nuestra sociedad, si solamente un joven encuentra esas oportunidades utilizando la tecnología para cambia su vida, aunque sigamos estando lejos de la meta, todos los esfuerzos habrán valido la pena porque él se convertirá en un ejemplo viviente de lo que es construir nuestra Colombia Digital.